El periodista Antonio Franco ha alertado contra el "descrédito de Catalunya" y de sus instituciones en un artículo publicado este jueves en El Periódico. En el escrito, el periodista considera "inoperante" el Govern y asegura que la presidencia de la Generalitat está "desprestigiada".
"Catalunya no se encuentra en un buen momento y lo sabe. También lo saben en España, que tampoco está como para tirar cohetes, y la comunidad internacional. Esto hace psicológicamente mucho daño porque los catalanes siempre hemos vivido pendientes -y orgullosos- de cómo se nos veía porque sabíamos que proyectábamos una imagen positiva de sociedad viva, rica, culta, dinámica y con una interesante personalidad propia" apunta el periodista.
"Ahora no es así. Nos ven conflictivos, desunidos, quisquillosos. Es perceptible cierta frenada en la prosperidad y un disparo al alza en la desigualdad, un Govern propio inoperante y una presidencia de la Generalitat desprestigiada. Para decirlo de una forma fina: Catalunya ha perdido encanto" lamenta.
Antonio Franco alerta de que la política "tiene mucho que ver" en este descrédito e indica que "Barcelona también contribuye a la imagen declinante" que se percibe. "Visto desde el exterior ya se ha perdido un cierto sabor épico que creaba la propaganda que nos venía como protagonistas de un bonito proceso en busca de la independencia. Ahora la comunidad internacional ya conoce que esto se hacía contra la voluntad contraria de la mayoría y vulnerando leyes aprobadas por todos" asegura.
El periodista también critica que "el Gobierno español del PP recortó sensiblemente en su momento el número de agentes policiales en la ciudad y el Gobierno catalán de signo secesionista desatendió después las peticiones de compensarlo con más mossos".
"Lo que quizás buscaba crear problemas y desacreditar la alcaldesa alternativa Ada Colau al final se ha convertido en un gravísimo problema de seguridad urbana que se ha convertido en famoso en todos los países que nos envían turistas. Ahora, tarde, Madrid y la Generalitat, corrigen la locura, pero costará recuperar el prestigio de ciudad cálida y segura" apunta.
"Los descréditos no son insalvables, pero hay que trabajar a fondo rectificando las malas actitudes y corrigiendo de verdad los errores para superarlos. Este es la única hoja de ruta posible" concluye.