El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha denunciado esta mañana en Ginebra, en el 15º Foro de las Minorías de Naciones Unidas, la vulneración -en su opinión- de los derechos de los catalanohablantes pese a la oposición de su gobierno a aplicar las sentencias del TSJC y relegar al castellano a tres horas en el sistema escolar.
Durante una mesa redonda; ha insistido en la “progresiva sustitución de la lengua catalana por la castellana” que se enmarca “en un proceso consciente de recentralización política y económica y de asimilación nacional y cultural”. Y ha defendido que el catalán, que tiene diez millones de hablantes distribuidos en cuatro estados diferentes, no es una lengua minoritaria, sino "una lengua minorizada", porque, "excepto Andorra", "ni Italia, ni Francia ni España han ofrecido a la lengua catalana el reconocimiento, la protección y el impulso que merecen todas las lenguas del mundo”.
Ante este hecho, Aragonès ha hecho valer las políticas lingüísticas propias que ha llevado a cabo el Govern, especialmente el Pacto Nacional por la Lengua Catalana. "En un mundo globalizado, es necesario defender todas las lenguas a partir del principio de la subsidiariedad lingüística como vía para preservar tanto la igualdad de derechos de todas las personas como la diversidad lingüística de toda la humanidad", ha constatado.