CiU
y el tripartito toparon antes de aprobar el calendario de
comparecencias, y fueron los nacionalistas los que lanzaron la primera
andanada. Según
'El Periódico', la federación nacionalista acusó a los socios del Gobierno de convertir
la comisión en un "tribunal político de otras épocas"-no lo citó, pero
se refería al franquismo-que no busca aclarar las irregularidades en la
gestión de Fèlix Millet al frente del Palau de la Música, sino implicar a como sea CDC.
El
diputado de CiU Jordi Turull cargó así contra el PSC, ERC e ICV-EUiA
para vetar buena parte de las comparecencias propuestas por la
oposición. Sólo se salvaron 11. "La
comisión se ha convertido en un tribunal político, que algunos
pensábamos que sólo conoceríamos por los libros de historia", afirmó el
convergente, que recriminó al tripartito que haya tumbado, por ejemplo,
los testimonios de algunos cargos o militantes
socialistas en los mismos capítulos relacionados con el caso Palau en
que, en cambio, sí ha citado a declarar militantes nacionalistas.
El diputado nacionalista denunció que el tripartito no ha aceptado abrir la investigación a personas cercanas al PSC oa asuntos de corrupción como el caso Pretoria y ha limitado la comisión a un "ámbito tan concreto y específico que se les ve el plumero". Turull describió el planteamiento de la comisión como "unos partidos del gobierno ensayando o haciendo una operación de claro desgaste contra un partido de la oposición, algo inaudito en una democracia parlamentaria".