Cataluña es la tercera región de la Unión Europea más afectada por la pandemia en esta quinta ola, según el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades. Los hechos han desmentido lo que gran parte de los líderes independentistas defendían, que Cataluña tenía una mejor gestión que España.
Los ataques a la gestión del gobierno español durante la pandemia fueron una constante. La entonces portavoz del Govern, Meritxell Budó, llegó a afirmar en abril del año 2020 que si tuvieran competencias no habría habido "tantos muertos".
Españoles fijaros en la diferencia de un cierre 2 semanas antes. Hacer caso a @QuimTorraiPla hubiera supuesto parecernos a Grecia, una centena parte de contagios y muerte. Catalunya independiente hubiera salvado miles de vidas...España es paro y muerte, catalunya vida y futuro https://t.co/wvyEVDxQZv
— Joan Canadell (@jcanadellb) April 21, 2020
No fue la única en atacar desde la Generalitat a la gestión del gobierno de Pedro Sánchez. El entonces presidente de la Cámara, Joan Canadell, ahora diputado de Junts, afirmó que "España es paro y muerte". La ex consejera de Educación también se unió a la avalancha de críticas. Clara Ponsatí, hizo un tuit cuando Madrid era el pico de la pandemia -y el Palacio de Hielo utilizado como depósito de cadáveres- con la frase "De Madrid al cielo".
La Generalitat -tal y como ha sucedido en muchos territorios del Estado- no ha sido la excepción consiguiendo gestionar la pandemia a la perfección. Pese al avance de la variante Delta, Cataluña inició la desescalada a principios de junio. En dos semanas el Govern levantó el límite de 10 personas en los encuentros sociales y reabrió el ocio nocturno, justo antes de la verbena de San Juan.
Argimon fue uno de los diferentes consejeros de todo el Estado que pidió en reiteradas ocasiones al gobierno español que se pudiera quitar la mascarilla en el exterior, ya que no era necesaria si se podían respetar las distancias. Finalmente Pedro Sánchez anunció que la norma que obligaba a llevar mascarilla en los exteriores decaería el 26 de junio.
El exceso de confianza ha sido uno de los mayores problemas. La mitad de los brotes de esta quinta ola se registraron en el ocio nocturno, los conciertos y los festivales. Cuando el Govern inició la desescalada sólo un 20% de la población estaba vacunada del todo. Ahora, más de la mitad de los catalanes, un 51,1% ya tiene la pauta completa de vacunación, según el departamento de Salud.
El consejero de Salud, Josep Maria Argimon admitió esta semana que "con estas cifras de contagios, claramente no hemos hecho bien las cosas". "No se puede pensar que todo está bien hecho porque, si no, no estaríamos donde estamos", añadió en una entrevista en Catalunya Ràdio.