El acto en el Parlamento Europeo para denunciar el 'catalangate' ha vuelto a reunir tras mucho tiempo al expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y al exvicepresidente Oriol Junqueras. La comparecencia ha evidenciado las divergencias entre ambos sobre la utilidad de la mesa de diálogo y si es necesario dejar de apoyar al Gobierno español.
Puigdemont ha defendido que la revelación de este "espionaje masivo" debe comportar "consecuencias políticas", por lo que "el conjunto del independentismo debe orientar sus acciones de acuerdo con esta realidad": "Esto cambia muchas cosas", ha subrayado.
El líder de Junts ha manifestado que "es evidente que no hay diálogo y, en cambio, sí hay muchas evidencias de una violación masiva de derechos fundamentales" y ha añadido que "no se entendería que después de este escándalo las cosas siguieran igual y seguiéramos confiando en un gobierno que forma parte de esta trama criminal". "Hay que actuar con consecuencia"; ha remachado.
Junqueras, que se ha sentado a su lado, le ha replicado que "hacer sentar al Gobierno español a una mesa de negociación" es "es una herramienta útil" y "tarde o temprano será utilizada" para resolver el conflicto catalán. En este sentido, indicó que debe servir "para convencer a la comunidad internacional".
"Cuando se negocia con alguien se negocia con quien no estás de acuerdo. La negociación es una bandera que nosotros no queremos ceder de ninguna manera a quien no se la merece, y el Estado español no se la merece", ha sentenciado. A su juicio, quien ahora "acumula capital político a ojos de la comunidad internacional" es "sin duda el independentismo", por lo que no debe abandonar la mesa de diálogo.