Acostumbrado a leer memorias de políticos que o no dicen nada o simplemente reivindican su legado, las de Duran son una mina. No sólo explica el proceso desde dentro sino que reparte también zascas. Tampoco ahorra la autocrítica, al fin y al cabo fue el número dos de CiU. Los historiadores deberán recurrir en el futuro a este tipo de libros para intentar entender qué nos pasó a los catalanes. El de Duran (“El riesgo de la verdad”) será sin duda uno de ellos.
- Le he oído decir que el proceso es un "fracaso colectivo".
Sí, las responsabilidades en el fracaso son desiguales, pero todos hemos hecho posible que tengamos el primer gran fracaso colectivo de la democracia española. Hay responsabilidades, y graves, del independentismo y los gobiernos españoles sobre todo del PP, pero hay responsabilidades también de los partidos catalanes no independentistas, del resto de fuerzas políticas de ámbito estatal y de la sociedad, sobre todo de la catalana.
- Usted ya dijo, en su libro de 2017, que sería “un pan como unas hostias”.
Y dije que me hubiera querido equivocarse, pero no me han dejado margen para el error.
- El sector independentista ha vuelto a empezar. Y casi sin hacer autocrítica.
Del proceso saldrá un independentismo consolidado en porcentajes electorales muy superiores a los de antes de 2015. Pero cuando todo se serene -creo que tardará mucho tiempo en que vuelva la calma- el independentismo si quiere ser creíble, más allá de relatos sentimentales y pasionales, deberá admitir sus graves error y proponerse no repetirlos en el futuro. Un independentismo no unilateralista que defienda sus ideas en las instituciones debe ser respetado también por los que no lo somos.
- ¿Podemos terminar peor de lo que hemos terminado?
Lo peor es la ruptura de la comunidad catalana. De la convivencia por mucho que se siga negando esta maldita obviedad. Siempre cabe la posibilidad de que todo empeore. Hay a menudo polémica entorno al número de empresas que se han ido de Catalunya y en cambio no se hace hincapié en que lo más grave puede estar por venir. Se ha perdido la confianza en Catalunya como garante de estabilidad política y seguridad jurídica. Y los peores efectos económicos no son perceptibles todavía estadísticamente. Tenemos suerte de la potencia de la ciudad de Barcelona, que es un gran imán en un futuro que guste o no, será de las grandes ciudades. Pero para ello necesita jugar a fondo el hecho metropolitano y evitar que el independentismo y la alcaldesa Colau sigan erosionando su capacidad atractiva.
- ¿Con violencia física?
Hace muchos años que tengo escrito y he dicho que lo peor del proceso será la frustración. Hay mucha gente de buena fe engañada, que cree vivir ya en una república independiente catalana o en vísperas de hacerlo. Cuando dentro de unos años perciban que esto no es así, ¿qué sucederá? ¿Puede haber brotes de violencia? Tengo mi respuesta pero me disculpará que, en este caso, no la comparta.
- El proceso ha catapultado Ciudadanos. No sé qué resultado hará a las generales Albert Rivera, pero en 2006 sacaron tres diputados en el Parlament.
Ciutadans no existiría en España sin el proceso y la corrupción del PP. Pero la mejor oportunidad ya la han perdido. Hará un buen resultado en las próximas generales en el sentido de que mejorará los de 2016, pero quedará muy lejos de aquellas expectativas demoscópicas que la situaban como primera fuerza o mano a mano con el PP. Creo que Ribera ha cometido un grave error al alinearse con el bloque PP-Vox y afirmando que nunca pactará con el PSOE.
- ¿Qué futuro le augura al PDECAT? ¿Puede acabar como Unió?
No se sabe si la muerte es más dolorosa cuando es rápida o cuando mueres poco a poco y encima eres consciente. Al actual PDECAT no le veo futuro. Compitiendo con ERC en el terreno independentista tiene todas las de perder. Hay gente muy buena en PDECAT, bien preparada y tiene un gran capital político municipal. No sé si todo esto será vinculado a través de una nueva opción. Pero si esta continúa apostando por la independencia, aunque rechazando la unilateralidad, seguirá compitiendo con ERC y me parece que seguirá teniendo las de perder. Esquerra será hegemónica en este espacio y el resto complementario. Donde habrá espacio será en el catalanismo pero éste se debe reformular y acabar con la ambigüedad respecto a la independencia. Habrá mucha gente catalanista moderada que nunca tendrá como referentes electorales al PP o Vox ni Ciutadans, aunque hoy una parte se haya refugiado, pero querrá tener claro que dentro de 15 o 29 años no volverá a plantearse un proceso secesionista.
- De CiU dice que no conoce “ningún antecedente de autodestrucción en todo el mundo de una fuerza política tan consolidada y tan fuerte”.
Y es objetivamente cierto. Después de 35 años de existencia y 28 años al frente del Gobierno de Catalunya, y con un grupo parlamentario fuerte en las Cortes españolas, con unos días desapareció. ¡Qué animalada!
- Aquella foto del Palace le hizo mucho daño. Tengo entendido que había pactado con El País que no la darían.
Así lo entendí de mi jefa de prensa. Pero no buscamos responsabilidades donde no las hay. De ser cierto, el responsable no es la jefe de prensa ni El País, soy yo y punto. Al menos por ingenuo.
- Fue a las elecciones generales de 2015 sabiendo “que no había ninguna posibilidad de salir elegido”. ¿No era un poco una estafa a los votantes?
No lo siento como una estafa. Tenía el derecho y el deber de convencerlos y de intentar, por lo tanto, que no se cumpliera mi pronóstico.
- Con todo el respeto por Ramon Espadaler, ¿usted no hubiera tenido que ser el candidato a las elecciones al Parlamento de 2015?
Siempre es más fácil contar la historia cuando ya se conocen los hechos. Pero lo que sí sé es que Ramon Espadaler fue un buen candidato y tuvo un gran resultado rozando la entrada en el Parlament. Antes usted ha recordado que Ciutadans sacó 3 diputados en el 2006 al Parlament y los sacó con un número de votos similares a los que sacó Unió con Espadaler al frente.
- Es difícil ir a unas elecciones en septiembre cuando has estado en el Govern hasta junio. Arrimadas lo recordó en un debate de TV3.
Y es cierto. Aquí sí que tengo una gran responsabilidad. Como máximo dirigente de Unió no fui capaz de que la ciudadanía conociera el valor diferenciado de Unió como opción política que hiciera del humanismo cristiano y del compromiso con la justicia social los componentes fundamentales de su ADN. En tres meses desde la ruptura de CiU y las elecciones del 27-S de 2015, no tuvimos tiempo.
- El llamado 'pinyol' ha hecho mucho daño.
Sí, a los hechos hemos remito.
- Como Francesc Homs pudo llegar tan alto. Tian Riba, en uno de sus libros, le llama “el dueño de Palau” y Lola García le llama “el principal estratega” de Mas.
Es Artur Mas quien debería contestar esta pregunta.
- ¿El proceso lo ha enfangado todo? ¿La política española, también?
Obviamente, ya advertí públicamente a Rajoy en sede parlamentaria cuando le dije en el 2013 que terminarían declarándole unilateralmente la independencia. ¿Qué eso sería malo para Catalunya? Por supuesto, ¡pero también para España! El proceso condiciona la política española y ha hecho daño a España y sus instituciones. Pero ha hecho más daño a Catalunya y nuestras instituciones. Con una diferencia muy importante: España es un Estado y tiene más capacidad para aguantarlo.
- El espíritu de la Transición se ha desvanecido.
Sí, comienza a desvanecerse con la segunda legislatura de Aznar. Rodríguez Zapatero no ayuda y lo que ha venido después lo ha acabado de disipar. Aquello fue un éxito colectivo y como ya hemos dicho el proceso ha sido todo lo contrario: un fracaso colectivo. Siempre he sido defensor de la Transición que todo fue espíritu, pero ahora más. Será por aquello de que visto el presente que tenemos, el pasado brilla más.
- A veces parece que vuelva el guerracivilismo.
Lo parece, pero sin armas.
- Usted tiene una buena relación con el Rey emérito. Y diría que también con el actual. El independentismo no hubiera obtenido más con el Rey a favor que en contra.
En este tema es difícil que el rol constitucional del Rey pueda jugar a favor del independentismo y más si actúa unilateralmente.
- ¿Usted hubiera hecho aquel discurso el 3 de octubre?
Nunca haría el mismo discurso que otro. Pero si fuera jefe de un Estado en el que los dirigentes de un Gobierno de una autonomía afirman que a partir de un referéndum ilegal hecho sin garantías democráticas se proclamará la república, es obvio que no me hubiera cruzado de brazos.
- Mas quiere volver.
No sé, pero tiene derecho a intentarlo y la gente a recordar que con él comenzó todo.
- De Puigdemont dice que es “más cupaire que convergente”.
Vaya y la realidad avala esta objetiva descripción. ¿O no?
- ¿Qué opinión tiene de Torra?
Sí me hubiera hecho esta pregunta sobre Puigdemont cuando sustituyó a Mas le hubiera respondido con lo que antes le decía que todo es susceptible de empeorar. Pero ciertamente no me hubiera imaginado que llegáramos a este nivel.
- Una última pregunta que la mayoría de la gente no sabe: usted salvó la vida de milagro. No tomó el avión aquel que se despeñó en Sondika.
Sí. Y me la salvó Santiago Carrillo. Yo tenía que viajar en ese avión pero la noche antes tenía comisión de investigación del caso Flik de presunta financiación irregular del PSOE y en Carrillo en formaba parte también. Le gustaba hablar y hablar e hicimos muy tarde. Ya me fui a dormir cansado y habiendo renunciado a madrugar para coger ese vuelo. / Una entrevista de Xavier Rius.