La suspensión de los presos ha resultado un dolor de cabeza para la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, desde que el martes fue elegida presidenta del Congreso. El PP, Ciudadanos y Vox le pidieron que suspendiera automáticamente los presos en función del reglamento del Congreso, pero Batet prefirió pedir una aclaración al Tribunal Supremo, que se inhibió del caso, y un informe a los letrados de la cámara antes de tomar la decisión.
El PP, que amenazó con presentar una iniciativa para reprobar-la y de llevarla a la justicia por supuestos delitos de prevaricación y desobediencia, ha dicho que "la decisión de la Mesa del Congreso de suspender los cuatro diputados presos golpistas atiende la decisión de los letrados de la Cámara ya las demandas del Partido Popular que han torcido el brazo de la señora Batet".
Teodoro García Egea, secretario general de la formación, ha harregat contra el "el vergonzoso espectáculo vivido en el Congreso el pasado martes". Pablo Casado también ha cargado contra Batet por intentar "ganar tiempo para contentar a sus futuros socios de investidura" y ha celebrado que "la oposición del PP ha conseguido la suspensión de los diputados presos por haber dado un golpe en el Estado" "No dejaremos pasar ni una", advirtió.
Ciudadanos, por su parte, cree que la presidenta del Congreso "se ha dedicado a retrasar la decisión". El diputado naranja José Manuel Villegas dijo que Batet "ha empezado muy mal su mandato: permitiendo que se hable de presos políticos en la sesión constitutiva y generando un teatro de informes sin sentido".
El líder de C's, Albert Rivera, ha dicho que "han tenido que ser el Supremo y los letrados del Congreso que fuercen a la señora Batet y el PSOE a aplicar la ley y suspender los diputados presos. Estaremos vigilantes toda la legislatura para no permitir ni un favor a los partidos separatistas ".
