El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha asegurado que la manifestación es un "numerito" impropio de una "sociedad democrática". "Vemos la palabra 'democracia' al cabo de la calle, y la democracia es el respeto a las instituciones, mientras que lo que se está haciendo hoy no es respetar el poder judicial", ha dicho.
Catalá ha manifestado en una entrevista en la COPE que la movilización es un intento de "transmitir a los ciudadanos y en la opinión pública que este es un juicio político donde se está limitando la democracia o la libertad de expresión" para "confundir". También ha defendido que el juicio es fruto de que el 9-N se "incumplir una norma", lo que en un estado de derecho "tiene consecuencias" y ha dicho que la concentración "no influirá en absoluto a los jueces".
El ministro español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, ha asegurado que la comunidad internacional "no lo ha de ver de ninguna manera especial", porque "es una actuación de los tribunales prevista perfectamente por el orden constitucional y el estado de derecho español ". Dastis ha indicado que "nadie duda de que en España el estado de derecho funciona" y este lunes "se juzga una actuación que desconocía una sentencia del Tribunal Constitucional, nada más que eso".
El delegado del Gobierno, Enric Millo, por su parte, ha destacado que las miles de personas congregadas esta mañana ante los juzgados "han defendido la desobediencia, no la democracia". Durante la visita a la sede de la Fundación Mobile World Capital, en el Palau de Barcelona, ha remarcado que "la justicia debe actuar con los personas que desafían al Estado de Derecho".