La petición de la fiscalía de que los presos independentistas, en caso de ser condenados, no cumplan la pena en prisiones catalanas ha caído como un jarro de agua fría al Govern. La fiscalía considera que, hasta ahora, han disfrutado de un trato de favor. Los presos tienen un régimen de visitas abierto.
La portavoz del Govern, Meritxell Budó, en la rueda de prensa del Consell Executiu ha ejemplificado este malestar y aseguró que lo considerarían "un hecho gravísimo" porque es alejarlos "de sus familias".
Budó ha defendido la "imparcialidad de los servicios penitenciarios catalanes" y la "profesionalidad de los funcionarios".
También aseguró que un eventual alejamiento de Cataluña es contrario a la ley "que cree que los presos deben estar al borde de su familia y sus amigos".
