El hombre de confianza de Oriol Junqueras, Sergi Sol, admite que hay "desconcierto" entre el independentismo y en un artículo en El Temps señala que el proceso se encuentra en "un estadio que nunca habíamos estado, una dimensión desconocida que pide perseverar, paciencia y volver a visualizar un camino".
Sol expone que hay que "reorganizar las propias filas para afrontar con determinación un horizonte que estará marcado por la represión y por el castigo ejemplar que el Estado querrá ejecutar sobre los presos del 1 de Octubre y del conjunto del movimiento independentista". En este sentido, apunta que el congreso de ERC en otoño "tiene el reto descomunal de desbrozar el camino, de hacer aterrizar el 1-O, de interpretarlo como una gran victoria, como el principio de todo y no paso como el final de nada. Sabedores también que una flor no hace verano, ni dos primaveras".
El asesor del vicepresidente Pere Aragonès afirma que "el único rascacielos que ha quedado en pie después del estruendo del 1-O ha sido el de ERC" y remarca que "la doctrina junquerista, el país que dibuja, ha reportado ganancias incuestionables allí donde más necesario era, penetrando en barrios nacionalmente españoles, y se ha erigido como alternativa al PSC".
"Sin embargo, el otro rascacielos, tradicionalmente el más alto y esbelto, ha implosionado" contrapone Sol, que lo vincula con "las sacudidas del proceso" y "las fechorías de una manera de hacer y de patrimonializado país". "Dos rascacielos que, como las madres de Salomón, han tenido siempre dos actitudes ante el país, también ante la vida", sentencia.
Sergi Sol asegura que "ERC se hace grande y en la medida que se hace mayor y fuerte también tiene la obligación de asumir y liderar los retos colectivos, una enorme responsabilidad en la actual coyuntura" y lamenta que la formación republicana "es percibida como el adversario a batir, y esto incluye y provoca los constantes intentos de desestabilización y las feroces campañas populistas con una agresividad que da miedo".
Sin embargo, señala que estas campañas "han fracasado -toquemos hierro- para que la organización ha integrado la cohesión como un hecho intangible de incalculable valor" y cree que "ERC se tiene que cargar el país en la espalda, superar el griterío y la gesticulación grandilocuente, definir una estrategia de futuro, integrar y cohesionar un amplio espacio social que actúe como fuerza motriz del país, en todos los ámbitos".
Finalmente, dice que"para tener éxito será necesario asumir un nuevo embate, que no será indoloro y por lo que habrá que ser más, estar mejor preparados y actuar con toda la determinación". "Esto incluye instrumentos de lucha que se han demostrado válidos y eficaces, tanto en el contexto internacional como en el interno, tal como ya se ensayó exitosamente con la insumisión: la desobediencia civil", concluye.