El líder del PSC, Salvador Illa, ha visto diluido su efecto inicial en la política catalana, pese a ser inicialmente la gran esperanza de los socialistas para acabar con la mayoría independentista. Illa ha pasado más bien inadvertido desde que ganó las elecciones y ha realizado una oposición tibia sobre Pere Aragonès, cediendo incluso el protagonismo a otras formaciones como Vox o Ciudadanos.
Incluso fue noticia la semana pasada después de llegar a un acuerdo con sus grandes rivales electorales -ERC y Junts- para repartirse el poder en diferentes organismos como la CCMA o el CAC, donde ha podido 'colar' varios representantes. Esta tarde el Parlament debatirá y votará varias designaciones de cargos pendientes de renovación, entre ellos los siete síndicos de la Sindicatura de Cuentas y los cinco miembros y el presidente del Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC).
Los siete candidatos a síndicos, propuestos conjuntamente por el PSC-Units, ERC y JxCat, son Miquel Salazar, Llum Rodríguez, Ferran Roquer, Josep Viñas, Manel Rodríguez, Maria Àngels Cabasés y Anna Tarrach. Los cinco candidatos a miembros del CAC, propuestos también conjuntamente por el PSC-Units, ERC y JxCat, son Xevi Xirgo, Rosa Maria Molló, Miquel Miralles, Laura Pinyol y Enric Casas. Xirgo, además, es el candidato propuesto por los propios grupos para ser el presidente del órgano, cargo que también debe votar el pleno.
Ciudadanos, de hecho, puso en marcha la campaña 'Salvador del Separatismo' en las redes sociales para "concienciar a la ciudadanía de lo que está haciendo el PSC con el voto de muchos catalanes constitucionalistas, que votaron a los socialistas" con la esperanza de que "se opusieran al nacionalismo, para acabar haciendo lo que hace siempre que es apuntalar la hegemonía nacionalista".
Illa fue el candidato más votado en los comicios del 14-F, pero los más de 650.000 sufragios y 33 escaños logrados no fueron suficientes para derrocar al gobierno independentista. De hecho, ERC obtuvo los mismos escaños con 50.000 votos menos, mientras que Junts alcanzó los 32 escaños.
Salvador lla, sin embargo, mostró su voluntad de presentarse a la investidura, y pidió el apoyo de los Comunes para crear una "alternativa" al independentismo. "Debemos abrir una nueva etapa en Catalunya y el PSC está en condiciones de liderarla", reivindicó. Sin embargo, el dirigente del PSC fracasó en el intento y finalmente fue Pere Aragonès quien fue investido presidente de la Generalitat después de lograr el apoyo de Junts y de la CUP.
Ya resignado a mantenerse en la oposición, Illa presentó su 'gobierno en la sombra', formado por quince 'consejeros' del PSC en un acto celebrado en el Palau Requesens. Recuperaba así la fórmula que ya impulsó Maragall en el 2000, cuando ganó las elecciones en votos y estuvo en la oposición.