El exdiputado Joan Ferran lo ha sido casi todo en el PSC: diputado en el Parlament (1993-2010), primer secretario de la Federación de Barcelona (2001-2008), miembro de la ejecutiva (2000-2011). Lo que se dice un capitán. Retirado ahora de la vida pública, se dedica a escribir.
El motivo de la entrevista es precisamente su último libro, un dietario sobre el proceso con el título de “El complot de los desnortados”, es decir, desorientado, publicado por el periodista Sergi Fidalgo (Ediciones Hildy). Pero como suele ser habitual en estos casos dejas el libro de lado y vas hilvanando preguntas más ligadas a la actualidad.
Ferran, que fue sondeado por Manuel Valls para integrarse en su candidatura por Barcelona, admite que “el PSC ha sido ambiguo con el proceso” y sobre el acuerdo entre Inés Arrimadas y Pedro Sánchez considera que es un claro mensaje a Esquerra: “se creían imprescindibles y les ha entrado miedo escénico”. “Rufián -añade-: nadie es imprescindible”.
El exdiputado también opina que Junqueras, en la cárcel, está perdiendo la conexión con la realidad y que se siente “agredido”, sobre todo porque Puigdemont continua en Bruselas. “El proceso -prosigue- ha sido una fábrica de empleos”.
Conocido, por otra parte, como el ‘diputado de la crosta’ porque en su día denunció la “crosta nacionalista” en TV3, considera que “me quedé corto” y afirma que “Pilar Rahola debe estar celosa de Oriol Mitjà” por las frecuentes apariciones televisivas del epidemiólogo. “Lo de TV3 es escandaloso”, añade. También que “Terribas no puede editorializar, tiene que informar” y que Vicent Sanchis se ha convertido “en un comisario político en una tele pública”.
Se muestra finalmente muy crítico con la gestión de la pandemia por la Generalitat porque “es un gobierno mediocre que no ha sabido estar a la altura de las circunstancias”. “Torra pasará a la historia como un mal político”, concluye. A su juicio “el proceso está decapitado” y ha empezado una “guerra a muerte entre JxCat y ERC por la hegemonía”./Una entrevista de Xavier Rius