El presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, presionó en el 2012 al entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, para que asistiera a la manifestación de la Diada y, en unas declaraciones a las Fiestas de Gràcia, en pleno verano; advirtió de que no participar en la manifestación de la Diada era intentar minimizar su objetivo independentista.
Junqueras replicó al entonces portavoz del Govern, Francesc Homs, que la decisión no es en ningún caso anecdótica. "Es relevante si va o no. Si va, en un sentido positivo, y si no, en sentido negativo", dijo, y añadió que "si el presidente no acude a una manifestación popular para pedir la independencia minimiza o intenta minimizar la petición que se hace en esa manifestación".
Finalmente, Artur Mas decidió no asistió a la manifestación y se limitó a recibir a Jordi Sànchez y Quim Torra, entonces presidente de la ANC y de Òmnium Cultural respectivamente, en el Palau de la Generalitat una vez finalizada la Via Lliure que se celebró en la Meridiana de Barcelona.