El historiador César Alcalá explica en esta entrevista, que en los primeros meses de la Guerra Civil, “Esquerra tuvo una checa” en la calle Carolinas, en el barrio barcelonés de Gracia”. Alcalá, experto en la represión republicana durante el conflicto, acaba de publicar el libro “Chekas sin complejos” (Editorial Sekotia”)
El autor también despeja la incógnita de que la violencia republicana fue obra de ‘incontrolados’ al margen de los partidos. "Nunca fueron incontrolados. Los demás partidos políticos cerraron los ojos a la violencia. En las patrullas de control había gente de la CNT, del POUM, de ERC. Todos sabían lo que estaba pasando en las checas”, explica.
"Una checa no era un teatro, no era un cine, no era un sitio donde la gente iba a disfrutar, era un sitio para torturar a la gente o represaliarla, el que iba muchas veces ya no salían y si salían era para ir al cementerio”, añade. “En las patrullas de control había gente de la CNT, del POUM, de Esquerra”. “Todos fueron cómplices de la represión”, subraya.
El historiador -que tiene otros libros como “Checas de Barcelona”, “Checas de Valencia”, “La represión política en Cataluña (1936-1939) o “Les presons de la República”- cuenta otros episodios truculentos como el militar que “fue arrojado a la jaula de los leones” o cómo se hacían desaparecer cuerpos en la cementera de Montcada.
También se muestra muy crítico con el presidente Companys porque “hubo más de 8.000 muertos en Catalunya bajo su presidencia”. “Companys dio un golpe de estado el 6 de octubre de 1934 y fue indultado, a los militares que hicieron un golpe de estado en 1934 los mandó fusilar”.
Por eso cree que “deberían pedir perdón los dos bandos” y que “si Companys no hubiera sido fusilado hoy nadie hablaría de él: Franco lo hizo un mártir”. “Azaña no podía verlo: decía pestes de él, que iba a la suya, que no era de fiar”.
Sobre la batalla del Ebro y el reciente libro de Víctor-M Amela, considera que “a la quinta del biberón les jodieron la juventud”. “No sirvió para nada, ya estaba perdida la guerra”, continua.
Finalmente advierte de que la historia catalana oscila entre el seny y la rauxa -está preparando un nuevo libro sobre esto- y asegura que “no somos ‘gent de pau’, la rauxa siempre se ha impuesto”. “Los catalanes -reitera- hemos sido violentos a lo largo de la historia”.
Alcalá, que fue concejal del PP en La Roca pero ha dejado la política, se muestra por otra parte escéptico con el proceso porque “vivimos mejor ahora que en la Segunda República”. “El proceso lo ha roto todo, ha cabreado la sociedad, insiste.