El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, no ha roto la mesa de diálogo por el 'catalangate', el caso de espionaje a algunos de los principales dirigentes soberanistas, y en una comparecencia en el Palau de la Generalitat ha dicho que "queda afectada" por el caso Pegasus, pero se mantendrá el trabajo a nivel "técnico" entre ambos gobiernos. "Lo que está en cuestión es el compromiso del Estado", ha subrayado.
Aragonès sólo ha anunciado que congela relaciones y que "no habrá relaciones políticas normalizadas" con el Gobierno central "hasta que el Estado restaure la confianza". "Se hace difícil poder confiar en quien te ha estado espiando", ha remachado.
También ha apuntado que espera mantener un "cara a cara" con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, al respecto y ha avisado de que "las cosas no pueden seguir igual". En este sentido, ha avisado de que el espionaje puede tener "consecuencias políticas".
El presidente ha calificado el 'catalangate' de "auténtica operación de Estado" y ha reclamado que "todo demócrata exija la máxima transparencia y la asunción de responsabilidades". "El movimiento independentista fue espiado ilegalmente, pero la principal víctima de Pegasus es la democracia", ha afirmado.
"Hoy -ha expuesto- la confianza con el Gobierno del Estado y sus instituciones es mínima. Sin lugar a dudas, espiar de forma ilegal al adversario político nos aleja mucho de la resolución del conflicto con el Estado ". "Iremos hasta el final exigiendo responsabilidades políticas y no descansaremos hasta conseguirlo", ha asegurado.