Josep Tutusaus, de 61 años, es alcalde de Pontons, el único municipio que gobierna el PP en Catalunya. Situado en la comarca del Penedès, -una zona predominantemente independentista-, en un extremo de la provincia de Barcelona, gobierna con mayoría absoluta desde las últimas elecciones municipales: el PP tiene cuatro escaños, JxCat dos y el PEI -una formación próxima a Podemos- uno.
Lo cierto es que la predominancia del PP en este municipio viene de lejos porque es la sexta legislatura con mayoría absoluta. Él lleva dos. No tienen ambulancia ni bomberos ni policía local y el hospital más cercano está en Vilafranca del Penedès, a veinte kilómetros, los diez primeros por carretera de curvas. Pero sí una escuela que mantienen orgullosamente con 29 alumnos. El ayuntamiento paga los libros y el material escolar. También la recuperó el PP.
En las últimas elecciones, el PP sacó un 54% en las municipales y un 20% en las europeas mientras que JxCat -Junts per Pontons- un 47% en las europeas y un 24% en las municipales. En su opinión, el secreto de todo alcalde es “la gestión”. “Con el proceso se ha politizado todo y un alcalde es un gestor”, explica.
Por supuesto está contra el proceso porque “quiero ser catalán, quiero ser español y quiero ser europeo”. “Alguién tendrá que analizar por qué hemos llegados hasta aquí”. También considera que es “una locura porque los números son inventados”. “Nadie sabe si nos roban o no nos roban”, continúa.
Por otra parte, considera que “el proceso no es de abajo hacia arriba, es de arriba hacia abajo: convencieron a la gente que España es el enemigo” aunque reconoce que, en Pontons, “el Estado no existe”. “La mitad de Catalunya estamos olvidados”, añade.
Josep Tutusaus se confiesa “del Barça, heterosexual y cristiano” y se muestra convencido que “el PP remontará” en Catalunya. “A los independentistas los han engañado: llevamos siete años para estar donde estamos”.
Mantiene buenas relaciones con todos los alcaldes de la comarca -la mayoría indepes- pero reconoce que el proceso ha enfriado el trato. “Hay gente con la que no puedes hablar de política”, explica. “Cambias el sistema de recogida de basuras y te dicen que es una dictadura”.
También se muestra escéptico con Pedro Sánchez porque “no sé si hace bien de gobernar al precio que sea” aunque confía que sea mejor que José Luis Rodríguez Zapatero y tiene su propia fórmula para la España vacía: “hay que crear industria, que los jóvenes no tengan que irse”.
Pontons, en un idílico medio rural, tiene tres restaurantes y doce casas rurales. La gente vive básicamente de la agricultura -el cava- y el turismo, pero tiene algun proyecto en mente que no quiere avanzarme.
Recomienda a Quim Torra que “vuelva a escribir” y lamenta que, en la zona, “faltan mossos”. Termina con un último ruego: “Todos somos catalanes, que no nos excluyan”. /Un reportaje de Xavier Rius
