La Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha tardado un año en resolver una denuncia por acoso sexual y otros siete por acoso laboral y abuso de poder contra el profesor de filología española de Ángel Gallego.
Ocho estudiantes de doctorado de la Facultad de Letras de la UAB denunciaron ante el rectorado hace más de un año, en marzo del 2022, y ahora se ha sabido que la Autónoma ha decidido suspenderlo de empleo y sueldo a partir de la próxima semana. A estas alturas, el profesor ha seguido dando clase.
La secretaria general de la UAB y responsable de las políticas de igualdad, Esther Zapater, alegó en declaraciones a Els matins de TV3 que "somos conscientes de que el marco normativo que debemos respetar establece plazos muy lentos". También ha dicho que durante este tiempo, la Universidad "ha tomado medidas en coordinación con la facultad a la que pertenece este profesor".
La universidad ha comunicado que el expediente disciplinario abierto ha finalizado con la suspensión de empleo y la totalidad del sueldo al profesor. En un comunicado enviado a toda la comunidad educativa, la UAB apunta que se le ha sancionado por abuso de autoridad en el ejercicio de un cargo y primar su condición de empleado público para obtener un beneficio indebido.
Este caso ha trascendido después de que esta semana el rector de la Universidad Autónoma de Barcelona, Javier Lafuente, admitiera que se ha actuado con "falta de agilidad" después de que el catedrático Álvaro Sánchez haya sido condenado a un año y medio de cárcel y nuevo de inhabilitación por acoso sexual a una alumna de doctorado.
"Los protocolos aprobados en la UAB garantizan los mecanismos para hacer frente a los acosos", detalla Lafuente, pero lamenta "la falta de agilidad de estos procesos e instamos a los gobiernos a que revisen las leyes que permitan que sean más rápidos".
La responsable de Igualdad de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Gemma García, ha presentado su dimisión por "total pérdida de confianza" en el equipo de gobierno de la universidad ante la gestión del mismo caso. "Siento una gran vergüenza y una gran decepción", destacó la profesora en su carta de dimisión.