El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recordó ayer en el Congreso que Junts per Catalunya es una formación que, "como Vox", también incluye personas que hacen "expresiones de odio, extremismo y xenofobia" como puede ser el caso de Albert Donaire y Josep Sort.
Albert Donaire, agente de los Mossos y candidato de JxCat a las elecciones al Parlament, considera colonos los que hablan en castellano. El pasado mes de enero trató de "cachorros de Vox y el colonialismo" los jóvenes que atacaron una patrulla de los Mossos en Pallejà y remarcó que todos ellos hablaban en castellano.
El candidato de JxCat y presidente de Reagrupament, Josep Sort, prometió a twitter hacer "limpieza de españoles" en Cataluña. Suerte, que terminó renunciando como candidato, también dijo que "Ada Colau no es más que una puta histérica española". En referencia al candidato del PSC, Salvador Illa, Suerte lo tildó de "nazi" el pasado 6 de enero y pidió "derrotemos así, pero con ganas y de forma contundente. Fuera nazis y fuera españoles de Cataluña".
El candidato de JxCat Roger San Millan también tiene como costumbre insultar desde su cuenta de twitter. San Millan, que es dirigente de Solidaritat e iba como número 47 de la lista por Barcelona, trató de "rata" a Illa.
A raíz de estas manifestaciones, Esquerra ha acusado al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, de "banalizar" el fascismo para comparar "un partido de extrema derecha como Vox con un partido democrático y comprometido con los derechos y las libertades como es Junts per Catalunya".
"Banalizar el fascismo y la extrema derecha es un error grave", ha remarcado la formación en un comunicado. "Cuando todas las formaciones son acusadas de extrema derecha, ninguno lo es. Realizar afirmaciones de este tipo banaliza y blanquea los postulados inaceptables y antidemocráticos de la extrema derecha", ha sentenciado.
La secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta ha pedido a Pedro Sánchez una rectificación de sus declaraciones y "un rechazo explícito a las formaciones de ultraderecha". "En la Europa democrática, las formaciones políticas demócratas no banalizan la ultraderecha ni tienen tratos", subraya Vilalta.