La filósofa Marina Garcés, que declaró ante el Supremo el pasado martes que "alucinó" al ver las cargas policiales en escuelas el 1-O, manifestó en el pregón de las fiestas de la Mercè sobre los terroristas del 17-A que "siempre tendremos la duda de si realmente querían morir matando, como hicieron".
Garcés, que también sorprendió a Marchena cuando dijo que hace un año y medio que tiene un café pendiente con Jordi Cuixart, consideró "una ausencia igualmente dolorosa" la muerte de los terroristas de los atentados de Barcelona y Cambrils.
"Durante estas fiestas de la Mercè, todos llevaremos en nosotros una ausencia igualmente dolorosa: la de las personas que no volverán nunca más a Barcelona ni a sus fiestas, no porque no quieran, sino porque el 17 de agosto perdieron la vida en la Rambla, en la Diagonal y el paseo de Cambrils. y junto con ellos, también, la de unos jóvenes de Ripoll que tampoco estarán y sobre los que siempre tendremos la duda de si realmente querían morir matando, como hicieron" manifestó Garcés.
"Para todos ellos y para todos los que resultaron heridos por siempre con sus muertes, y también para todos los que mueren a causa de la violencia cada día más allá de nuestras malditas fronteras, hagamos de esta Mercè un reencuentro con la ciudad, con sus calles y plazas y sobre todo un reencuentro entre nosotros" pidió en el discurso.
La filósofa, en su declaración ante el Alto Tribunal, fue interrumpida por el presidente de la Sala Manuel Marchena tras afirmar que "lo que puedo decir es que yo el 1 de octubre aluciné". Marchena le trasladó que "todas sus apreciaciones personales y valoraciones personales no tienen ningún interés".