La mayoría independentista formada por Esquerra, Junts per Catalunya y la CUP, que permitió la investidura de Pere Aragonès, saltó este lunes por los aires en el debate sobre las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos del Govern.
Aragonès se ha visto obligado seis meses después a cambiar de socios. Estrenó la legislatura de la mano de la CUP para configurar lo que en su día se bautizó como la mayoría del 52% -sus defensores siempre incluyen en la suma a un PDECAT que ni si quiera está en el Parlament— y ha tenido que pactar los Pressupuestos con los Comunes.
Ante el veto de los anticapitalistas a sus cuentas, el president se abrió a negociar con los Comunes para poder superar la votación de las enmiendas y que sus primeros presupuestos puedan ser tramitados. Lo logró este lunes en la Cámara catalana con los votos de ERC y Junts y la abstención de En Comú Podem.
Por otra parte, el acuerdo entre Aragonés y los Comunes, ha generado tensiones entre ambos socios de Govern. Junts ya advirtió ayer que no reconocía como suyo el acuerdo y defendió que "altera la mayoría de la investidura y debe tener consecuencias". "Ahora debemos analizar qué recorrido nacional tiene esta legislatura", ha advertido Elsa Artadi.
Además, pidió una "reunión de partidos independentistas" para valorar si "se están cumpliendo los acuerdos o no" y acusó a Aragonés de "abandonar las negociaciones con la CUP y lanzarse a los brazos de los Comunes".