El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha terminado su primer discurso de Navidad con un "¡Viva Cataluña libre!" y ha dejado claro que no están dispuestos a "renunciar a la independencia". Aragonès ha utilizado la expresión "crisis democrática" y ha asegurado que éste sería el año de "desbloquear el conflicto con el Estado".
También ha expresado su convencimiento de que este año habría "resultados tangibles" con la negociación y de que el objetivo sigue siendo "el ejercicio del derecho de la autodeterminación y la amnistía" porque, en su opinión, "hay una mayoría sólida, transversal, sostenida en el tiempo.
Por otra parte, ha expresado que es necesaria "alternativas por si la negociación se atasca" porque "no estamos dispuestos a renunciar a la resolución pacífica del conflicto" con "el ejercicio del derecho de autodeterminación y la amnistía".
El presidente no se ha referido explícitamente a la polémica por la inmersión, pero ha hecho el discurso desde una escuela de Santa Coloma de Gramanet que, por voluntad de los padres, aplicó el modelo lingüístico a la vez que ha dejado claro que el escuela es el "núcleo de la nación catalana".
Respecto al covid ha reconocido que "íbamos muy bien", pero que será necesario "un esfuerzo extra" y "un nuevo impulso" con los fondos next generation. Aragonès, que ha tenido palabras por el cierre de Nissan y Mahle, ha asegurado que "estamos construyendo alternativas" y que hay que "actuar como un estado emprendedor" para que "nadie se quede atrás" y que "todo el mundo pueda trabajar".
A su juicio, Cataluña es líder "en investigación científica" y tiene el "récord de exportaciones" motivo que da "esperanza y confianza" para "dejar atrás los discursos derrotistas".