Fèlix Millet ya tuvo problemas con la justicia hace más de veinticinco años. En concreto, en el mes de mayo del año 1983, Millet ingresó en la prisión Modelo de Barcelona por un presunto delito de estafa supuestamente cometido en la gestión de la inversora inmobiliaria Renta Catalana. Con Millet también ingresaron en la prisión Ignacio Baquer Miró y Eduardo Guillén Ulloa. A pesar de que el juez en su auto afirmaba que "los hechos descritos eran constitutivos de un delito de estafa y que procede imponer a los procesados una fianza de diez millones de pesetas, y como responsabilidad civil subsidiaria se señalan 1.000 millones de pesetas", según recogía el diario El País en su edición del 6 de mayo de 1983, el juicio posterior absolvió a Millet.
El 31 de octubre de 1984, Millet fue absuelto del delito de estafa, pero sí fue condenado a dos meses de arresto y a 30.000 pesetas de multa por falsedad en documento mercantil.
Posteriormente, en mayo de 2001, 19 trabajadores de la desaparecida entidad financiera Banco Consolidado, de la Agrupación Mutua, interpusieron una querella contra Millet, el ex consejero de Política Territorial Xavier Bigatà y el director general de Agrupación Mutua Josep Lluís Torra, por un presunto delito de apropiación indebida de 300 millones de pesetas. La Audiencia de Barcelona acabó archivando el caso.