El presidente de la Generalitat, José Montilla, como si ya estuviera en precampaña electoral, ha colado un llamamiento a votar al tripartito en las próximas elecciones catalanas, en su mensaje de fin de año.
En concreto, Montilla ha alertado de que en las elecciones de 2010 está en juego "si hemos de pararnos, retroceder o buscar falsos atajos, o bien si hemos de mantener el horizonte que nos hemos trazado y asegurar que una gran mayoría se compromete a trabajar para conseguirlo".
Desde el centro de mando integrado de los Ferrocarriles de la Generalitat, en Rubí, ha aprovechado su mensaje para recordar a los catalanes que 2010 será "decisivo", porque en las elecciones "podréis decidir con vuestro voto qué camino hay que seguir".
Asimismo, ha destacado que la voluntad de Catalunya de "autogobernarse ni comienza ni acaba con una sentencia", en alusión al fallo sobre el Estatut que prepara el Tribunal Constitucional. De esta forma, Montilla, que ha reivindicado que Catalunya es una "gran nación", ha insistido en el mensaje de firme defensa del Estatut que mantiene desde hace meses y ha recordado que el año pasado mantuvo la firmeza en las negociaciones sobre la financiación y al final se logró un "muy buen acuerdo, justo y solidario".
"Continuaré exigiendo y desplegando el pacto político entre nuestros representantes y los del conjunto del pueblo español, en las Cortes, y ratificado en referéndum por los ciudadanos de Catalunya", ha afirmado. "Esperamos esta resolución serenamente. Convencidos de la plena constitucionalidad del Estatuto, respetando el Estado de derecho y buscando la máxima unidad de los ciudadanos", ha comentado, y se ha referido al editorial conjunto de doce diarios en defensa del Estatuto como prueba de que "la unidad nos hará fuertes".
También ha dicho que está cada día "más convencido" de que el progreso de Catalunya y el crecimiento del autogobierno "dependen del despliegue del Estatuto", y ha garantizado que mantendrá el "rumbo", "con un ejercicio permanente de afirmación exigente y confiada".
Por otra parte, el presidente catalán ha tildado 2009 de "año duro" por las consecuencias de la crisis económica, y ha vaticinado que 2010, "un año que marcará el futuro de toda una generación de catalanes", también será "difícil".
Sin embargo, ha garantizado que estará "al lado" de los parados, que no dejará "que nadie se quede atrás" y que su prioridad "son y serán las personas".
Ha indicado que "somos una gran nación, también, porque somos trabajadores y tenaces. Es nuestra señal de identidad básica: trabajo y amor por el trabajo bien hecho. Los catalanes podemos conseguir grandes objetivos, si mantenemos el rumbo, si no desfallecemos, si perseveramos en el esfuerzo colectivo".