El ministro de Justicia, Rafael Catalán, ha afirmado que “presentar querellas contra los jueces se acerca mucho a las amenazas y a los intentos de coacciones”, en alusión a la querella por prevaricación que prevé presentar el Parlament contra el magistrado Pablo Llarena. El titular de Justicia ha añadido que la decisión de la Mesa de la cámara catalana “es de una bajísima calidad democrática” y representa “el apropiamiento de las instituciones por parte de unas minorías”.
Catalá también ha avisado al presidente del Parlament, Roger Torrent, que querellarse contra el juez del Tribunal Supremo podría representar un delito de “malversación”. “Si se están utilizando recursos públicos para algo que no le corresponde, puede tener el riesgo de estar cometiendo un delito de malversación de fondos públicos”, ha afirmado en declaraciones a los medios de comunicación, antes de imponer la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Penyafort a dos exdecanos del Colegio de Abogados de Barcelona.
El ministro ha denunciado que “lo que está pasando en Catalunya es impropio de una sociedad democrática europea, avanzada y del siglo XXI”. “Que haya personas que tengan que llevar escoltas porque les están amenazando supuestos luchadores por la República y las libertades, y que hagan de las amenazas, las coacciones y las pintadas su modo de acción, me parece impropio del ‘seny’ catalán”, ha concluido.